Aceptación

Cuando recibo una persona en el consultorio, una de las primeras cosas que surgen es cuál es el grado de aceptación del motivo por el que consulta y la necesidad de elaborarlo.
No hay crecimiento personal sin aceptación. Aceptar es simplemente ver las cosas tal cual son y decir “Así es”
Aceptar no es aprobar, ni consentir ni estar de acuerdo.
Aceptar es asumir que  lo que es, es”

Aceptar el pasado, aceptar lo que hicimos o lo que dejamos de hacer, lo que ocurrió o lo que nos hicieron es perdonarnos y perdonar a otros para dejar de vivir con culpabilidades y rencores ya que lo ocurrido no se puede cambiar.
Aceptar en el presente, con todo lo que implica, no es un estado de pasividad ni de inacción, de hecho es el primer paso para tener éxito en la acción.
Si no aceptas plenamente una situación tal como es, te costará cambiarla. Además, sino la aceptas tal cual es, nunca sabrás si esa situación debería cambiarse.
Cuando se acepta uno puede relajarse, ser más paciente, dejarse fluir, dejar de pelear y de sentir la necesidad de huir y escapar.

Aceptarnos es querernos, y si no nos queremos a nosotros mismos, difícilmente lo pueda hacer algún otro...

Aceptar los hechos y circunstancias, el cuerpo que tenemos, el paso del tiempo, los cambios, y lo que no podemos cambiar. Las idas y venidas, los días, las noches, las estaciones ,  los momentos de soledad, los otros, las alegrías, las tristezas y todo aquello que no depende de nuestra voluntad ... es aceptar la vida!

Tal vez no disfrutes de todo lo que ocurre, pero no dejes de disfrutar el hecho de ser humano, y de que suceda lo que suceda, siempre habrá una lección que aprender!