La tarea que convoca facilitadores en una institución educativa es la de asistir procesos activos de aprendizaje, acompañar a los alumnos (y a sus familiares, en el caso de escuelas primarias y secundarias), para poder arribar a los objetivos institucionales de la mejor manera posible.
Todo aprendizaje significativo conlleva un proceso, que suele resultar, por diferentes motivos, muy movilizador. En dicho proceso la incorporación de conocimientos teóricos está fuertemente ligada al desarrollo personal y al despliegue de potenciales.
Por ese motivo las instituciones más actualizadas prevén tener a disposición del alumnado un equipo de counselors que puedan ser de apoyo y orientación en las situaciones que surjan que pudieran ser obstáculo para el aprendizaje.
Ya se trate de conflictos interpersonales dentro de la institución, estados de vulnerabilidad, dificultades dentro del grupo de compañeros, crisis relacionadas al material teórico, sobrecarga o cualquier otra situación generadora de malestar que se pudiera dar en un ámbito educacional.
Para que cada uno de los diferentes actores que intervienen en la tarea mancomunada (profesores, directivos, administrativos, etc.) pueda centrar sus esfuerzos más libremente en la tarea que les atañe, los facilitadores atendemos las dificultades que puedan tener los alumnos.
No podemos solucionar problemas, pero brindamos un espacio de escucha y contención de necesidades.
Nuestras herramientas son la empatía, la congruencia y la aceptación. Tres actitudes básicas que cualquier counselor debiera tener bien incorporadas.
Nos atenemos al derecho de confidencialidad que posee todo aquel que se nos acerca en busca de ayuda, a veces es difícil solucionar un determinado problema si es que el alumno no nos autoriza a comunicarlo, pero está en el profesional el respeto a la decisión tomada por la persona.
Los facilitadores programan entrevistas individuales con cada uno de los alumnos, encuentros grupales periódicos y demás actividades para fortalecer el vínculo y mantenerse en un lugar cercano a los facilitados propiciando así la fluidez de la relación de ayuda.
Además es posible encontrarles en los recreos y hablar con ellos y/o solicitarles entrevistas fueras de las programadas, ya sea en forma individual o grupal.
Además es posible encontrarles en los recreos y hablar con ellos y/o solicitarles entrevistas fueras de las programadas, ya sea en forma individual o grupal.
El equipo de facilitación cuenta con un espacio a disposición, provisto por la institución, para ofrecer una escucha de manera más personal y privada.
Muchas veces el rol se confunde con el de un receptáculo de quejas e incomodidades, ya que en toda institución siempre va a haber inconvenientes, sin embargo, nuestra tarea frente a las quejas es la de detectar cuáles son las necesidades que subyacen, cuál es el sentido del reclamo, porque entendemos que detrás de cada descontento hay una comunicación que quiere ser escuchada y atendida.
En todo caso ayudamos a poner en palabras constructivas para lograr una perspectiva más amplia.
Cuando se trata de acompañar un problema pedagógico, lo que en realidad acompañamos es el sentimiento que surge en la persona.
Los alumnos pueden, en mayor o menor medida beneficiarse del servicio de facilitación, según sus necesidades y elecciones, pero es importante que todos puedan contar con la opción a la que tienen derecho, y ser recibidos y contenidos por un facilitador asignado.
Graciela Vazquez
Graciela Vazquez
Todas las instituciones educativas debieran tener counselors facilitadores!
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